Estoy segura de que los libros de mi biblioteca se comunican entre sí. Al menos, yo intento colocarlos por afinidad de su autorxs.
Gioconda (Belli) discutirá de feminismo con Vinicius (De Moraes) e intercambiarán recetas de mujer y hombre. Ana Pérez Cañamares también disfrutará de la compañía de la nicaragüense, aunque comparta además conversación con el loco de Quim Monzó.
Y quizá los dientes también lo hagan. Eso sí que es cohabitar. Toda una vida, en un pequeño espacio, oscuro, húmedo y salvaje.
A partir de hoy* puede que echen de menos a la vecina del bajo izquierda, la última en llegar. Bueno, en realidad, la echaron porque daba mucha guerra. Pero quizá algún compañero molar la eche en falta y sienta su perdida como un deshaucio.
Y ¿la lengua? Ella es el patio de butacas, la alfombra roja.No sé si habla el idoma de los dientes, ella tan políglota. Lo que es seguro es que echará de menos a aklgñun marinero que hace tiempo que no surca sus mares.
Alba Algarabia
* El texto es de febrero de 2018. Ya firmaba entonces como Alba Algarabia. Se lo regalé a mi cirujano dentista y a la enfermera que trabajaba con él (C. S. Indautxu, Osakidetza), quienes operaron en mi boca durante el 2017 y el 2018 con gran pericia y mimo, hasta que no me quedó ni un tantito de juicio. Se lo dedico ahora a María, la bibliotecaria de Bakio, al calor del Día de las Bibliotecas (24 de octubre). Ella es, como reivindicaba Idoia Torregarai en la Faktoria de EITB Irratia, esa bibliotecaria de cabecera que tanta falta nos hace ahora para facilitar lecturas confinadas. Infalible todo lo que receta.
