Hace unos días escuché una canción de Amaro Ferreiro en Radio 3, cuando Ángel Carmona le entrevistó por su nuevo álbum Personajes secundarios en “Hoy empieza de todo” de Radio 3, que me recordó a uno de los primeros relatos que escribí en el Taller de Escritura Creativa de Mujeres del Mundo Babel, allá por 2015. Fue en uno de los maratones de escritura que organizaron las profas. Bego y Marisa, en Fika, con el objetivo, en aquella edición, de trabajar con los sentidos.
Anoche tuve pesadillas tras leer un brillante pero truculento relato de Ana María Matute. Se trataba de Cuaderno para cuentas, compilado en la antología Madres e hijas editada por Laura Freixas (Anagrama, 1996).
Definitivamente, hoy era el momento de rescatar cuadernos antiguos, de tiempos más sombríos, pero igualmente lúcidos…
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Asesinato desdibujado
El humo no te dejó ver la bala que se hincó certera en tu pecho. Sí que debiste oír el disparo, que resonó por encima del ruido de las máquinas tragaperra.
En el charco de sangre que dejaste se reflejaban los dorados y plateados de las etiquetas de las botellas. En el cuello de tu camisa de botones de nácar, unas manchas de carmín.
Nadie gritó, nadie se movió. La luz naranja del baño permanecía encendida, dando a entender que aquella era la única salida.
Apurando su vaso de tinto, la camarera salió de detrás de la barra, cogió una fregona y se pudo a limpiar tu sangre. Los azulejos turquesa volvieron a mostrar su color mate sucio.
Alba Algarabia
Fika (Bilbao), 10 de enero de 2015
(fecha en la que aún no firmaba con ese nombre)